Bergen

Comenzamos el día con la gran madrugada, ni para trabajar nos levantamos tan pronto. A las 6 de la mañana ya estamos funcionando. Lo primero que tenemos que hacer es mover el coche que lo tenemos aparcado en zona azul, y hoy lunes funciona. Después de dar varias vueltas en busca de un parking donde dejarlo, conseguimos aparcarlo y nos vamos directos al puerto, desde donde comenzamos la excursión. Hoy haremos una excursión por el fiordo Sognefjorden. Este fiordo es el segundo más largo del mundo, se adentra 204 km tierra adentro y sus aguas llegan alcanzar los 1300 metros de profundidad. El viaje en barco es muy bonito y agradable, aunque no es lo espectacular que pensábamos que sería, quizás influye el frío que hemos pasado en el barco. Esperábamos paredes más verticales a los lados y mucho más altas. El viaje en barco dura alrededor de las 5 horas, y después de navegar todo el Sognefjord se adentra en las aguas del Aurlandsfjord para llevarnos al pueblo de Flam.

Durante el recorrido hacemos varias paradas para que suban y bajen pasajeros en diferentes pueblos, como Sollibotn, Lavik, Vik, Aurland ...

Una vez en Flam disponemos de una hora para comer, por lo que decidimos liarnos unos bokatas en una mesa de madera que hay en el puerto, y desde donde vemos el tren que nos llevará por todo el monte.

Flam es un pequeño pueblo situado al final del Aurlandsfjord, muy turístico puesto que es el inicio del famoso tren de flam. Los alrededores de flam son muy bonitos, y la entrada al puerto con altas montañas quizás de lo más espectacular de la excursión en barco. Cogemos el tren de
flam o flamsbana, con el tiempo justo de darle el último bocado al bokata. El tren de flam, nos llevará hasta la estación de Myrdal, entre ríos, profundos barrancos y bonitas cascadas. Este tren es una de las líneas férreas más inclinadas del mundo, y una de las atracciones más visitadas de Noruega, y desde nuestro punto de vista de las menos recomendables, puesto que ha perdido todo su encanto ya que está excesivamente preparado para los guiris. No merece la pena.

En Myrdal cogemos un nuevo tren que nos llevará derechos hasta Bergen, en un recorrido de aproximadamente 2 horas.
Al llegar a Bergen y hacer balance sobre la jornada llegamos a la conclusión que la excursión ha sido bonita, y larga 10 horas, pero que hemos pagado 1115 kr por persona y esperábamos más, sí ni siquiera estaba incluida la comida. Es decir que no ha merecido la pena.

Al llegar a Bergen, todavía nos queda toda la tarde por delante, y nos vamos directos al puerto para ver el famoso mercado del pescado. Al llegar aquí nos damos cuenta que casi todos los trabajadores son españoles o sudamericanos. Estuvimos charlando un rato con un catalán que
estaba trabajando en verano para irse en invierno a surfear, con un madrileño que había ido a estudiar y se había quedado a trabajar en verano, también con un mejicano y lo más sorprendente, con un uruguayo que nos ¡hablo en euskera! o algo que se le parecía... Todos ellos nos explicaron que clase de vida llevan allí y como está el tema de trabajo en Noruega, y mientras tanto nos dieron a probar, salmón ahumado, salmón marinado con coñac y especias, ballena ahumada y el Jabugo de los salmones, salmón salvaje que vendían a 60 euros el kilo. Y por supuesto nos intentaron, sutilmente vender, pero no lo consiguieron... por favor que tengo amigos catalanes...

Desde el mercado nos vamos al funicular, para subir al monte Floyen. Desde arriba del todo las vistas de la ciudad son espectaculares y merece la pena subir hasta aquí para disfrutar de la panorámica.
Como al subir solo habíamos comprado un ticket de un solo viaje 35 kr, para volver a bajar compramos un nuevo ticket. Y lo compramos en una máquina expendedora con la ayuda de una noruega, puesto que las indicaciones estaban exclusivamente en noruego. Al pagar el ticket ya sospechábamos que algo habíamos hecho mal puesto que nos había costado solo la mitad, 18 kr.
Y efectivamente al pasar los tornos no nos dejan pasar, porque habíamos comprado solamente medio viaje. Al parecer existen dos paradas, una está en la mitad, y este no es el funicular que para en la mitad del recorrido. Conseguimos convencer a la empleada para que nos deje pasar y pagar el resto del viaje abajo en la taquilla, y accede, pero al llegar abajo se nos "olvida" pasar por las taquillas, así que nos sale por la mitad el trayecto.

Se empieza a hacer tarde y aprovechamos para hacer alguna compra en las tiendas del Bryggen, para llevar como recuerdo a casa, alguna camiseta y alguna figurilla.

El día había sido largo y decidimos retirarnos a descansar un poco que el día siguiente llega pronto.