Alesund - Trondheim

La primera de nuestras ocupaciones fue avisar vía mail al hotel de Trondheim que llegaríamos más tarde de las 18 horas, puesto que el día anterior habíamos llegado tarde a Alesund y queríamos verlo antes de irnos. Decidimos dar una vuelta por el pueblo, que como ya dije ayer estaban de fiesta, y pese a ser temprano había mucho ambiente, sobre todo en la carpa donde invitaban a desayunar gratis.

Alesund es una curiosa ciudad formada por 7 islas mediante túneles y puentes. En 1904 sufrió un incendio que la destruyo casi en su totalidad. Se reconstruyó íntegramente sin utilizar madera y siguiendo el estilo arquitectónico de moda en aquel momento, el modernismo o Art Nouveau con gran influencia alemana. Con alrededor de 25000 habitantes, Alesund es una ciudad acogedora y muy bonita con ambiente de pueblo.

Estuvimos paseando con tranquilidad por la ciudad, vimos las calles Kongengata, Apotekergata, Kirkegata, Lovenvoldgata las más bonitas e interesantes, además estuvimos en la catedral. Aprovechamos para hacer alguna compra. Posteriormente nos fuimos a almorzar a la carpa donde era gratis, por supuesto. Hacia las 12 horas nos ponemos en marcha. Nuestra intención era ir directamente a Trondheim en ferri desde Alesund, pero el recepcionista del hihostel no nos lo recomienda, según dice el ferri es carísimo, es mejor y más bonito ir por la carretera del atlántico, que es ruta turística nacional, según él solo nos llevará una hora más de trayecto. ¡Que pena que no era mudo el tío! Solo tardareis 5 horas en llegar a Trondheim, me decía. ¡Y una
leche! a las 12 de la noche llegábamos al hotel, casi 12 horas en el coche.

El día fue muy largo y lleno de contratiempos. Para llegar al inicio de la maldita ruta del atlántico tuvimos que coger el rimero de los tres ferris del día. Después nos llevo mucho tiempo encontrar el inicio de la ruta, puesto que estaba poco señalizada, incluso llegamos a equivocarnos de dirección en uno de los cruces, lo que supuso 20 kilómetros en balde. Sobre las 3 de la tarde decidimos parar en un supermercado para comprar unas ensaladas y algo de beber, para reponer fuerzas. A continuación retomamos la ruta.

La descripción de la ruta; tres puentes de lo más normalitos por encima del atlántico de islote en
islote, tres ferris y más de 3 horas de pérdida de tiempo. Un día fantástico, y para colmo otra vez la niebla.

Una vez concluida la ruta, que además es muy corta, llegamos al puente donde tenemos que coger el ferri con dirección Kristiansund. Aquí nos encontramos con el segundo de los inconvenientes del día, el ferri estaba estropeado o algo parecido y tuvimos que estar en la carretera 45 minutos esperando a que viniese otro, este tiempo en la carretera lo aprovecho paraseguir escribiendo este blog, de lo contrario me tiro al mar...

Al desembarcar del ferri, en el que para rematar la faena, Nerea se marea, nos encontramos con la última de las alegrías de la jornada, la carretera que debíamos tomar está en obras y nos
desvían por otra, que según el cartel informativo solamente eran 10 kilómetros más de distancia. Claro que sobre el estado de la carretera no decía nada. La carretera nos llevo por un sin fin de pequeños pueblos agrícolas, muy bonitos, pero donde no podíamos exceder los 30 km/h. Al menos aprovechamos para conocer un poco más el interior de Noruega.

Y por fin, a media noche, muertos de cansancio y agobiados de tanto coche, con 400 km entre pecho y espalda damos carpetazo a un día complicado e intenso, muy intenso...

Pero aún tuvimos tiempo para una anécdota más. Al llegar a Trondheim nos equivocamos de hotel e intentamos que nos diesen habitación en el hotel Confort Park Trondheim. Después de discutir con el recepcionista que nos dice que no tenemos realizada ninguna reserva, nos damos cuenta que teníamos la reserva en el hotel Confort Trondheim. A quien se le ocurre llamar a dos hoteles igual...

Un día de locos para poner fin a la primera parte de nuestro viaje.
Mañana tomaremos tres aviones que nos llevaran al norte del país, dejando atrás el sur y sus fiordos.